Colocamos los bígaros en un escurridor y los ponemos bajo un chorro de agua para lavarlos muy bien. Después, los colocamos en un recipiente con abundante agua y sal, los dejaremos durante 5 minutos en reposo.
Ponemos una cacerola al fuego con abundante agua, cuando hierva le añadimos la sal (70 gr por litro de agua) junto con tres hojas de laurel.
Lavamos de nuevo los bígaros bajo el agua y cuando el agua de la cacerola haya roto a hervir de nuevo, volvemos a incorporarlos. En el momento en el que rompa a hervir el agua contamos 5 minutos y, pasado ese tiempo, los retiramos.
Dejamos que se enfríen un poco y los servimos de inmediato. En caso de no servirse en ese momento, los cubriremos con un paño húmedo para mantener un poco el calor.