fbpx
Asturias Paraíso natural
Envío gratis pedidos +120€
Logo Vuelve al Paraiso
Logo WhatsApp690 779 082 Horario: de 9h. a 13h. y de 15h. a 19h.
Logo Cetárea Tazones
Logo IFS Logo Delicrab Logo La Mar de Tazones
Recetario
¡Ofertas del mes!

16,00 €
Paga en 3 plazos sin intereses tus compras de 30€ a 2.000€. 0% TAE. Más información





35,00 €
Paga en 3 plazos sin intereses tus compras de 30€ a 2.000€. 0% TAE. Más información





65,00 €
Paga en 3 plazos sin intereses tus compras de 30€ a 2.000€. 0% TAE. Más información





33,00 €
Paga en 3 plazos sin intereses tus compras de 30€ a 2.000€. 0% TAE. Más información





39,00 €
Paga en 3 plazos sin intereses tus compras de 30€ a 2.000€. 0% TAE. Más información





HISTORIA DE LOS ORICIOS EN ASTURIAS

ARTÍCULO DE EL COMERCIO

POR NACHO PRIETO.

 

Jesús Pedreira es uno de aquellos transportistas gallegos que hace ya cuatro décadas aparcaban su camión junto a la antigua Pescadería Municipal para ofrecer oricios a paladas por 25 pesetas cada una a un público ávido que llegaba a formar colas importantes a pesar de que entonces era fácil comer oricios en una sidrería o restaurante por poco dinero y sin dejar la casa llena de púas. Su empresa es todavía hoy protagonista de la distribución del citado marisco en Asturias, pero las condiciones han cambiado mucho. La venta directa al consumidor ha sido sustituida por la distribución en cajas de corcho blanco perfectamente homologadas entre pescaderías y restaurantes.

Según recuerda Pedreira, hace 39 años, los oricios se vendían a granel, previa obtención de un permiso municipal para realizar venta ambulante, pero sin demasiados requisitos sanitarios; el viaje desde Camariñas duraba unas 14 horas y junto a la playa de San Lorenzo se reunían varios comercializadores de los que todavía recuerda sus nombres o sus apodos, tales como El Moreno o El Andaluz. Las primeras paladas de oricios se vendían a 25 pesetas, para ir luego subiendo, poco a poco, a 30, 50 y hasta 300 pesetas, cuando nuevas normas cortaron ese tipo de venta de la misma forma que desaparecieron los tradicionales carritos de las pescaderas del Muelle o junto a los mercados del Sur y de San Agustín.

Hoy, Pedreira ha dejado el negocio en manos de su hijo homónimo. La palada de oricios, si hubiera sobrevivido ese tipo de venta, superaría probablemente los diez euros; el reparto aprovecha la comodidad y rapidez de la autovía del Cantábrico, y cada cliente establece por anticipado la cantidad de mercancía que desea, aunque el viaje se inicia con entre diez y quince cajas de más para poder atender imprevistos sobre la marcha.

El primer viaje

El primer viaje de Jesús Pedreira a Gijón con oricios se realizó a instancias de un pescador, que buscó un transporte para dar salida fuera de Galicia a sus capturas. El mayorista asegura que come oricios pescados por él mismo en los pedreros de Camariñas desde niño, a pesar de que se trata de un marisco tan apreciado en Asturias como despreciado en la comunidad vecina. Sin embargo, nunca fue pescador profesional y, consiguientemente, antes y ahora tiene que adquirir la materia prima para poder distribuirla. Con aquel pescador que le abrió los ojos al negocio de la distribución oriciera Pedreira llegó a formar sociedad, pero no duró mucho. Eran tiempos de abundancia de oferta, en los que Pedreira empezó vendiendo entre 7.000 y 8.000 kilos al día y llegó a alcanzar la cifra de 20.000.

Lo que parece ser que poco ha cambiado es la demanda. Jesús Pedreira admite que la competencia de los franceses tira de los precios hacia arriba, pero tiene poco interés en la exportación y se muestra convencido de tener los mejores clientes posibles, por la consolidación de la demanda a lo largo de los años. «Si Asturias deja de comer oricios, dos pescadores bastarían para abastecer el mercado», señaló el mayorista para dar a entender que la demanda más abundante y segura se encuentra en el Principado.

Mirada experta y secreta

En cuanto a calidades, Pedreira señala que no todos los oricios son iguales, ni siquiera cuando proceden de la misma zona y en la misma época del año. Asegura que es posible saber si un oricio está lleno o no antes de abrirlo, aunque prefiere no desvelar la fórmula. Tan solo apunta que los capturados en ría son menos sabrosos y algo en lo que todo el mundo coincide: «Los oricios quieren agua fría».

 

https://www.elcomercio.es/gijon/201601/24/oricios-cuatro-decadas-historia-20160124012238-v.html

Desde 1986

MÁS DE 30 AÑOS

Desde 1986 trabajando con los mejores mariscos
Desde 1986

SERVICIO 24H

Servimos el producto en las mejores condiciones
Desde 1986

MARISCOS VIVOS

Mariscos vivos de los mejores caladeros
Desde 1986

CARNES DE MARISCO

100% sin conservantes ni aditivos
Desde 1986

TIENDA PROPIA

Disponemos de venta al público en nuestra cetárea
Desde 1986

SELECCIONAMOS POR TI

Despreocúpate y disfruta del mejor marisco vivo
Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios de navegación y para realizar estadísticas de visitas al WebSite. Para obtener más información sobre el uso de cookies visita privacidad.
Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso.